viernes, 9 de septiembre de 2016

La perspectiva sistémica en terapia familiar: Conceptos básicos, investigación y evolución

La perspectiva sistémica en terapia familiar: conceptos básicos, investigación y evolución.

 La concepción sistémica de la familia, centrándonos en las principales innovaciones que representó (y en cierto sentido aún representa) en el contexto psicológico/psiquiátrico clásico. El capítulo concluye con una revisión de los datos procedentes de la investigación en Terapia Familiar Sistémica (TFS) en cuanto a eficacia y proceso y una aproximación prospectiva al futuro de la TFS a la luz de las tendencias actuales.

 Conceptos de la Teoría General de Sistemas

Un sistema es un conjunto de elementos en interacción dinámica en el que el estado de cada elemento está determinado por el estado de cada uno de los demás que lo configuran. Ejemplo: Hay miles de ejemplos de sistemas en la naturaleza, desde una célula hasta una galaxia. Entre ellos, la familia es el caso que nos ocupa en este trabajo.

• Un sistema es cerrado cuando no intercambia materia, energía y/o información con su entorno.

• Un sistema es abierto cuando intercambia materia, energía y/o información con su entorno. Por lo tanto, un sistema abierto es modificado por su entorno y al mismo tiempo lo modifica

 • Totalidad o no sumatividad: "El cambio en un miembro del sistema afecta a los otros, puesto que sus acciones están interconectadas mediante pautas de interacción. Las pautas de funcionamiento del sistema no son reducibles a la suma de sus elementos.

• Circularidad: Debido a la interconexión entre las acciones de los miembros de un sistema, las pautas de causalidad no son nunca lineales (en el sentido que una "causa" A provoque un "efecto" B), sino circulares en el sentido que B refuerza retroactivamente la manifestación de A.

• Equifinalidad: Un mismo efecto puede responder a distintas causas. Es decir, los cambios observados en un sistema abierto no están determinados por las condiciones iniciales del sistema, sino por la propia naturaleza de los procesos de cambio. Esta definición no es válida para los sistemas cerrados, ya que éstos vienen determinados por las condiciones iniciales.

Conceptos de la Cibernética

• Feedback: En un sistema, las acciones de cada miembro se convierten en información para los demás, de forma que favorecen determinadas acciones en ellos.

• Homeostasis: Proceso de mantenimiento de la organización del sistema a través de feedback negativo.

• Morfogénesis: Proceso que facilita el cambio en la organización de cualquier sistema mediante feedback positivo. Ejemplo: Los miembros de una familia apoyan activamente la decisión de una hija adolescente de marchar un año al extranjero por cuestiones de estudios, cosa que fomenta una postura de mayor independencia mutua.

Conceptos Comunicacionales (Watzlawick, Beavin, y Jackson, 1967)

• Es imposible no comunicar. En un sistema, todo comportamiento de un miembro tiene un valor de mensaje para los demás. Ejemplo: El silencio tenso y la mirada perdida de dos desconocidos que coinciden en un ascensor, a pesar de su intencionalidad no comunicativa (o precisamente debido a ella) transmiten una gran cantidad de información: "no me interesas", "no estoy de humor para entablar conversación", "prefiero ignorarte".

• En toda comunicación cabe distinguir entre aspectos de contenido (nivel digital) y relacionales (nivel analógico): Mientras que el nivel digital se refiere al contenido semántico de la comunicación, el nivel analógico cualifica a cómo se ha de entender el mensaje, es decir, designa qué tipo de relación se da entre el emisor y el receptor.

• La definición de una interacción está condicionada por la puntuación de las secuencias de comunicación entre los participantes. Los sistemas abiertos se caracterizan por patrones de circularidad, sin un principio ni un final claro. Así, la definición de cualquier interacción depende de la manera en que los participantes en la comunicación dividan la secuencia circular y establezcan relaciones de causa-efecto.

• Toda relación es simétrica o complementaria, según se base en la igualdad o en la diferencia respectivamente. Cuando la interacción simétrica se cronifica hablamos de escalada simétrica; cuando se cronifica la interacción complementaria se habla de complementariedad rígida. Desde este punto de vista lo disfuncional no es un tipo u otro de relación, sino la manifestación exclusiva de uno de ellos.

Si esta complementariedad se rigidifica puede dar lugar a una relación disfuncional en la que uno de sus miembros debe siempre actuar de forma racional (y por tanto no se puede permitir expresar sus emociones) y el otro debe siempre actuar de forma emocional (y por lo tanto no se puede permitir reflexionar sobre sus acciones).

Conceptos Evolutivos (Haley, 1981)

• La familia como sistema atraviesa una serie de fases más o menos normativas y propias de su ciclo vital (noviazgo y matrimonio; procreación; adolescencia, maduración y emancipación de los hijos; nido vacío).

• La importancia de las nociones evolutivas en TFS no radica sólo en cada fase en sí misma, sino en las crisis a que puede dar lugar el paso de una a otra. En este sentido, el proceso óptimo de superación de tales crisis consiste en modificar la estructura del sistema familiar manteniendo su organización. 

Conceptos estructurales


 • Un sistema se compone de subsistemas entre los que existen límites que tienen como objetivo proteger la diferenciación del sistema y facilitar la integración de sus miembros en él. Ejemplo: En un sistema familiar se dan los siguientes subsistemas; (A) Conyugal: entre los miembros de la pareja funciona la complementariedad y acomodación mutua: negocian, organizan las bases de la convivencia y mantienen una actitud de reciprocidad interna y en relación con otros sistemas. (B) Parental: tras el nacimiento de los hijos, el subsistema conyugal ha de desarrollar habilidades de socialización, nutritivas y educacionales. Se ha de asumir una nueva función, la parental, sin renunciar a las que se caracterizan al subsistema conyugal. (C)Filial: la relación con los padres y entre los hermanos ayuda al aprendizaje de la negociación, cooperación, competición y relación con figuras de autoridad y entre iguales. 

• Los límites entre subsistemas varían en cuanto a su grado de permeabilidad, pudiendo ser difusos, rígidos o claros. Límites difusos son aquellos que resultan difíciles de determinar; límites rígidos son aquellos que resultan difíciles de alterar en un momento dado; límites claros son aquellos que resultan definibles y a la vez modificables. Se considera que los límites claros comportan una adaptación ideal.

Los límites pueden separar subsistemas del sistema familiar o a la totalidad del sistema del exterior. En este último caso, los límites exteriores se denominan fronteras. Las fronteras del sistema familiar vienen determinadas por la diferencia en la conducta interaccional que los miembros de la familia manifiestan en presencia de personas que no forman parte de la familia.

• El concepto de tríada rígida se refiere a las configuraciones relacionales paterno-filiales en las que el hijo se usa rígidamente para desviar o evitar los conflictos parentales. Según Minuchin (1974), se pueden dar tres configuraciones de tríada rígida. (A) Triangulación: cada uno de los cónyuges trata de obtener el respaldo del hijo en su conflicto con el otro. (B) Coalición: Uno de los progenitores respalda al hijo en un conflicto planteado entre éste y el otro progenitor; esta situación tiene el efecto de crear un vínculo entre el progenitor defensor y el hijo para ir en contra del otro cónyuge. (C) La desviación de conflictos, que se produce cuando se define a un hijo como "malo" y los padres, a pesar de sus diferencias mutuas en otros aspectos, se unen en su esfuerzo para controlarlo o cuando se le define como "enfermo" y se unen para cuidarlo y protegerlo.

La Familia desde la Óptica Sistémica:

 Teniendo en cuenta todo lo antedicho, la familia se puede concebir como un sistema abierto organizacionalmente, separado del exterior por sus fronteras y estructuralmente compuesto por subsistemas demarcados por límites con diferentes grados de permeabilidad y con diversas formas de jerarquización interna entre ellos. Los miembros del sistema familiar organizan y regulan su interacción mediante procesos comunicativos digitales y analógicos, que definen relaciones de simetría y/o complementariedad. Dicha organización se caracteriza por las propiedades de totalidad o no sumatividad, por patrones de circularidad, y por el principio de equifinalidad.


aproximaciones a la noción de vinculos

                             APROXIMACIONES A LA NOCIÓN DE VÍNCULOS

Los objetivos de este capitulo son las diversas aceptaciones que la noción de vinculo ha tomado en los principales en foques psicológicos que  lo contemplan como objeto de estudio y analizar sus implicaciones clínicas e investigativas para el desarrollo de los objetivos del proyecto institucional. Cuyos resultados se reportan aquí.

Un paradigma es una matriz de significación; es decir, un eje o referente que organiza el sentido atribuido a los fenómenos que se abordan desde su perspectiva. En las ciencias sociales se reconocen dos grandes paradigmas, el positivismo y el ecosistemico.

El positivismo: se basa en los principios de verdad, objetividad, explicaciones causales lineales y análisis de la realidad descomponiéndola en mínimas unidades que son el objeto de estudio.

El paradigma ecosistemico: por el contrario, se basa en los principios de la epistemología constructivista, la cual supone que la objetividad es un acuerdo constituido entre subjetividades que a su vez se construyen en la interacción, mas allá de toda lógica esencialista.

El vinculo en el psicoanálisis contemporáneo

El psicoanálisis clásico no se ocupo directamente de los vínculos, el psicoanálisis contemporáneo los acoge como objeto de estudio.

No obstante, en las ultimas décadas, el grupo argentino de psicoanálisis vincular ha dado un salto cualitativo muy importante con la construcción, aun en marcha, de la teoría vincular.

Ellos proponen tres grandes modificaciones, con la pretensión de que haya un cambio paradigmático: la ampliación metapsicológica a tres espacios psíquicos, la definición del vínculo como dos yoes conectados por representaciones y la noción de sujeto vincular. La noción de tres espacios psíquicos postula un sistema de registro de un mismo suceso o fenómeno, como un objeto interno, un vínculo y un lugar.

Así, viviríamos simultáneamente en calidad de habitantes de tres mundos: intrasubjetivo, intersubjetivo y transubjetivo, cada uno de los cuales operaria con leyes de funcionamiento y características propias.

El mundo intrasubjetivo

 El eje central de la teoría de la intrasubjetividad son los conceptos de objeto en particular objeto de deseo, mundo interno y relación de objeto.

La noción de objeto en la obra de Freud remite a un registro psíquico, por ejemplo, el del pecho que satisface las necesidades iniciales.

Estas teorías dan cuenta de la intrasubjetividad ubicando a quien teoriza en el interior de la mente del infante, a partir de hipótesis basadas en el concepto de pulsión endógena. Es por ello que el otro, definido como objeto asistente, tendría existencia fáctica para un observador externo pero no para estas teorías.

La intrasubjetividad seria definida por tres conceptos:

Autogeneración: las representaciones de objeto son producto de la pulsión.

Autorreferencialidad: el self se vive a si mismo como centro tanto de la actividad como de las características de los objetos internos.

Automatización: no habría mediatización por parte del yo. Al depender de la serie `placer-displacer, la activación de la intrasubjetividad seria automática.

Para la teoría psicoanalítica, aún bajo los distintos matices que propone cada escuela, el “ahora sintomático” es explicado por un “entonces mítico” en donde la realidad psíquica tiene preeminencia sobre lo material y lo contextual. Lo ocurrido quedaría deformado por efecto de la sexualidad.

El mundo vincular

La teoría vincular propone que lo determinante en un sujeto no son solo las experiencias histórico-infantiles, sino también su inclusión en vínculos significativos posteriores a la infancia, en tanto instituyentes de subjetividad.

Dentro del psicoanálisis no hay aun una definición univoca de vinculo. En algunos casos se denominaron así las relaciones primarias con los objetos primordiales (vínculos constitutivos). También se denomina vinculo a la relación entre la relación entre lugares de la estructura familiar inconsciente, EFI (vinculo entre lugar padre y el lugar hijo).

Krakov (2000), psicoanalista argentino, considera el vinculo como una construcción conjunta que surge por el intercambio  efectivo entre los miembros que lo componen y constituye un nuevo ámbito de producción de sentido.

La psiquiatría del vínculo: Enrique Pichón-Riviere

Este psiquiatra argentino planteo la necesidad de complementar la investigación psicoanalítica con la investigación social y de concebir a la persona como una totalidad integrada por tres dimensiones: la mente, el cuerpo y el mundo externo. Dio así un salto de la teoría intrapsiquica social, dentro de la cual el individuo seria resultante del interjuego establecido entre el sujeto y los objetos internos y externos, en permanente interacción dialéctica (pichón-Riviere, 2002).

Afirma este autor que si la relación de objeto es la estructura interna del vínculo, el vínculo es entonces un tipo particular de relación de objeto; es una estructura dinámica en continuo movimiento que funciona activada por factores instintivos y motivaciones psicológicas. 

Etología clásica: impronta y acostumbramiento

Impronta y acostumbramiento son dos nociones básicas para explicar la vinculación temprana  en los animales y en el hombre, desarrolladas por los etólogos clásicos.

La palabra etología, designa el estudio del comportamiento de los seres vivos en su medio. Es un método de observación de las relaciones humanas, el cual fue reconocido como disciplina.

Dentro de la etología clásica, las nociones asociadas al vínculo son la impronta y el acostumbramiento. La impronta es la adquisición de las características del objeto  hacia el cual se dirigen ciertos actos instintivos en el curso del desarrollo de un vertebrado superior.

Siguiendo a Lorenz, la impronta como mecanismo vincular instintivo se caracteriza por una serie de factores:

·         El patrón del objeto que desencadena el acto instintivo de vínculo se adquiere en un periodo crítico, corto y preciso.

·         Una vez adquirido en ese periodo sensible, es imposible olvidarlo.

·         Puede existir una impronta para diferentes tipos de comportamientos, en momentos diferentes del desarrollo: filial, sexual, de acompañamiento.

·         El objeto de la impronta determina una condición supra individual de rasgos de la especie a la cual pertenece este objeto.

El acostumbramiento es la adquisición individual, ontogenética, complementaria de impronta (filogenética), que permite el reconocimiento reciproco y selectivo de los padres por los hijos. Una vez obtenida, esta adquisición no es modificable por en sayo y error.

Teoría del apego: jhon Bowlby

Bowlby se en foca en la perdida de la figura materna en los primeros años de vida como experiencia traumática e intenta inferir sus consecuencias psicológicas futuras. Como un modelo medico subyacente, definió la perdida de la madre como el agente cuyo efecto patógeno deseaba estudiar.
Este sistema comportamental de apego se refiere aun actividad instintiva de vinculación que el niño despliega desde el nacimiento hacia las personas que encuentran en su ambiente. Se estructura  y se diferencia en el curso de la existencia, siendo el objeto de perturbaciones normales o patológicas que modifican su expresión (apego ansioso, reacciones de duelo estados depresivos).

Las funciones del comportamiento de apego son múltiples: protección de los peligros físicos, de amenazas, de extraños; maduración de los comportamientos de amor y amistad; estabilización de las relaciones por la construcción de sistemas de representación de dichas relaciones, gracias a las cuales se desarrolla el sentimiento de seguridad y de evaluación de los riesgos.

Más específicamente, son características del sistema comportamental de apego las siguientes:

·         El apego opera como un sistema homeostático; por tanto, se activa para mantener la proximidad con la figura de apego escogida.

·         La conducta de apego tiene una función de supervivencia, ya que pone al individuo en contacto con otros que lo protegen contra los riesgos y las amenazas a la vida.

·     La relación de apego es complementaria, pues el protector y el protegido participan en forma reciproca.
·          
Murray Bowen: diferenciación del self

Bowen considera que la diferenciación del self es una de las funciones fundamentales adquiridas por el individuo en la pertenencia familiar. El estudio de este proceso supone que la familia es un sistema en continua trasformación, un organismo complejo que se modifica atraves del tiempo a fin de garantizar la continuidad y el crecimiento psicosocial de sus miembros; es decir, que permite simultáneamente el desarrollo de la familia como sistema y la diferenciación de los individuos que la componen.

Cada persona debe ser progresivamente menos necesaria para el funcionamiento de su familia de origen para poderse se parar y crear a su vez un nuevo sistema familiar. Debe pasar, por tanto, de una etapa de fusión-diferenciación a una de diferenciacion-separacion dentro del complejo de interacciones de la familia como sistema de referencia.

Boszormenyi-Nagy: lealtad familiar

Este autor define la lealtad como un determinante motivacional cuyas raíces relacionales alimentan una fabrica invisible de expectativas del grupo y no en una ley manifiesta. Las fibras intangibles de la lealtad están hechas de consanguinidad, como salvaguardia del linaje biológico familiar y de los méritos que ganan entre si los miembros de la familia. La lealtad marca la pertenencia al grupo y aparece como una característica del grupo y una actitud individual.

En las familias, como en los demás grupos, la lealtad más fundamental tiene como objetivo la supervivencia del grupo y su fuerza, casi siempre enmascarada, se revela sobre todo en las situaciones amenazantes.

Boszormenyi-Nagy introduce el concepto de conflicto de lealtades o lealtades fisuradas como con secuencias de demandas contradictorias de los padres al hijo. Frente a tales demandas, para ser leal a uno de los padres, el niño tiene que ser desleal al otro. No todo conflicto conyugal implica un conflicto de lealtades; esto surge por la exigencia de que el niño tome una posición, cuando por naturaleza su relación es incondicional con cada padre. Este conflicto puede favorecer la eclosión de un comportamiento sintomático.

Salvador Minuchin: estructura familiar, límites y diferenciación

Minuchin afirmaba que la estructura familiar es el conjunto invisible de demandas funcionales que organizan los modos en que interactúan los miembros de una familia. Una familia es un sistema que opera a través de pautas transaccionales, que establecen como, cuando y con quien relacionarse. Como sistema, la familia se diferencia y desempeña sus funciones de orientación, protección y control atraves de subsistemas, conformados por generación, género, interés o función.

Los limites de subsistemas son las reglas que determinan quien y como participa en una interacción, con forme alos respectivos roles.


David H. Olson: modelo circumplejo, cohesión adaptabilidad familiar

El modelo plantea la hipótesis de que los niveles moderados, tanto de cohesión como de adaptabilidad, son facilitadores del funcionamiento familiar; en tanto que los extremos se asocian con la presencia de dificultades.  Muchas de las familias que acuden a terapia caen en estos extremos; si son amalgamadas, se caracterizan por sobre identificación de los miembros con la familia y exigencias de lealtad y consenso que frenan la individuación, si son deslingadas, se favorece un excesivo grado de autonomía, de modo que cada persona hace lo suyo, con escaso apego o compromiso a la familia.

No obstante, el grado de cohesión varía de acuerdo con la etapa de ciclo vital con el tipo y severidad de los estresores presentes en un momento dado y con la cosmovisión y los valores propios de la familia y de su entorno.

John Byng-Hall: teoría del apego y terapia familiar

Con respecto al apego en adultos se han hecho dos tipos de investigación: el apego a los hijos y su aporte a la comprensión de las relaciones padres-hijos, y el apego romántico que favorece la comprensión de las relaciones intimas entre adultos.

Desde una perspectiva sistémica, Byng-Hall (1999, p.627) ha desarrollado el concepto de base familiar de seguridad, definiéndola como una familia que provee una red disponible y confiable de relaciones de apego y de cuidadores apropiados, de modo que asi los miembros de la familia se sienten seguros para explorar su potencial.

Byng-Hall sugiere a su vez, los factores que amenazan la base familiar de seguridad son la perdida real de una figura de apego o el miedo a perderla.

Byng-Hall considera que la terapia debe cumplir la función de generar una base de seguridad aprovechando la disponibilidad del terapeuta y su rol como figura de apego, gracias al cual puede propiciar un contexto de confianza y de protección como base de cambio.

Apego, jerarquía familiar y regulación del afecto

Sloman y cols. (2002) afirma que la cohesión y la estabilidad familiar se mantienen gracias a dos sistemas de conducta como importantes ingredientes bilógicos: uno que contribuye al mantenimiento de la proximidad entre los miembros, específicamente a las figuras de apego, y el otro a la formación de la jerarquía familiar.

Thompson, flood y lundquist (1995) definen la regulación del afecto como el proceso intrínseco y extrínseco responsable de monitorear, evaluar y modificar las reacciones emocionales, especialmente su intensidad y sus rasgos temporales para alcanzar sus propias metas. Hay varios elementos claves para destacar en dicha definición:

·         La regulación del afecto implica afrontar altos niveles de emociones negativas (angustia, rabia, miedo) así como mantener e intensificar ciertos estados emocionales.

·         La evaluación del propio estado emocional y habilidad para modular ese estado son centrales en la regulación del afecto y en el logro de los objetivos en una situación.

·         La regulación del afecto modifica la intensidad y el tiempo de la emoción experimentada más que el carácter de dicha emoción.

Eco-Eto-Antropología de los vínculos

La eco-eto-antropología surge en la articulación de disciplina que conciben al hombre como resultado de la evolución biológica cultural, pues si bien el ser humano está en parte determinado por procesos evolutivos, también en parte el los determina, en su papel simultaneo de observador, actor, y gestor.

Eco se refiere a oikos, ambiente, cosmos y hábitat, y ethos, comportamientos biológicos con finalidad desplegada como procedimientos complejos de auto nominación en oikos específicos, en donde se conjugan para la supervivencia procesos individuales y colectivos.
La antropología del oikos y del ethos hace surgir, las ideas, el pensamiento, la representación, la emoción, la reflexión y la mente como fuentes de sentido, de modo que la postura eco-eto-antropología reposa sobre la conjugación de esos regímenes heterogéneos y biológicos, evolutivos, psicológicos, sociales, históricos, políticos, etc. Como dimensiones irreductibles, cada una con sus propias pautas de operación. Por esto, abordar los procesos de vinculación humana desde esta perspectiva.


Eco-eto.antropologia de los vínculos pretende comprender como el hombre es producto y productor de su ecosistema, en complejos procesos interacciónales que integran el ethos (cognición y comunicación). El oikos (la ecología) y sus variadas formas de organización familiar y social (socio-antropología).

socialización primaria

LA SOCIEDAD COMO REALIDAD SUBJETIVA

     INTERNALIZACIÓN  DE LA REALIDAD

  SOCIALIZACIÓN PRIMARIA

Ya que la sociedad existe como realidad tanto objetiva como subjetiva, cualquier comprensión teórica adecuada de ella debe abarcar ambos aspectos. Como ya sostuvimos anterior mente, estos aspectos reciben su justo reconocimiento si la sociedad se entiende en términos de un continuo proceso dialectico compuesto de tres momentos: objetivación e internalización.

Si bien los tres caracterizan simultáneamente a la sociedad o a cada sector de ella, de manera que cualquier análisis se ocupe solo de uno o dos de ellos no llena su finalidad. Lo mismo puede afirmarse del miembro individual de sociedad, que externaliza simultáneamente su propio ser el mundo social y como realidad objetiva. En otras palabras, estar en la sociedad es participar en la dialéctica.

Sin embargo, el individuo no nace miembro de una sociedad: nace con una predisposición hacia la socialiadad, y luego llega a ser miembro de una sociedad. En la vida de todo individuo, por lo tanto, existe verdaderamente una secuencia temporal, en cuyo curso el individuo es inducido a participar en la dialéctica de la sociedad. El punto de partida de este proceso es lo constituye la internalización: la aprehensión o interpretación inmediata de un acontecimiento objetivo en cuanto expresa significado, o sea, en cuanto es una manifestación de los procesos subjetivos de otro que, en consecuencia, se vuelve subjetivamente significativos para mí. Por ejemplo, puede estar riéndose en un ataque de histeria, mientras yo creo que esa risa expresa regocijo. Sin embargo, su subjetividad me resulta objetivamente accesible y llega a serme significativa, haya o no congruencia entre sus procesos subjetivos y los míos.

Sin embargo, la internalización en el sentido general que aquí le damos subyace tanto a la significación como a sus propias formas complejas. Más exactamente, la internalización, en este sentido general, constituye la base, primero, para la comprensión de los propios semejantes y, segundo, para aprehensión del mundo en cuanto realidad significativa y social.

Esta aprehensión no resulta de las creaciones autónomas de significado por individuo aislados, sino que comienza cuando el individuo “asume” el mundo en el que ya viven otros. Por cierto, que el “asumir” es un proceso original para todo organismo humano, y el mundo, una vez “asumido”, puede ser creativamente modificado o (menos probablemente) hasta recreado. Sea como fuere, en la forma compleja de la internalización, yo no solo “comprendo” los procesos subjetivos momentáneos del otro: “comprendo” el mundo en el que vive, y ese mundo se vuelve mío. Ahora no solo comprendemos nuestras mutuas definiciones de las situaciones compartidas: también las definiciones recíprocamente. Se establece entre nosotros un nexo de motivaciones que se extiende hasta el futuro; y, lo que es de suma importancia, existe ahora una continua identificación mutua entre nosotros. No solo vivimos en el mismo mundo, sino que participamos cada uno en el ser del otro.

Solamente cuando el individuo ha llegado a este grado de internalización puede considerárselo miembro de la sociedad. El proceso ontogenético por el cual esto se realiza se denomina socialización, y, por lo tanto, puede definirse como la inducción amplia y coherente de un individuo en el mundo objetivo de la sociedad o en un sector de él. La socialización primaria es la primera por la que el individuo atraviesa en la niñez; por medio de ella se convierte en miembro de la sociedad. la socialización secundaria es cualquier proceso posterior que induce al individuo ya socializado a nuevos sectores del mundo objetivo de su sociedad.


Se advierte que a primera vista que la socialización primaria suele ser la más importante para el individuo, y que la estructura básica de toda socialización secundaria debe semejarse a la de la primaria. Todo individuo nace dentro de una estructura social objetiva en la cual encuentra a los otros significantes que están en cargados de su socialización y que le son impuestos. Los otros significantes, seleccionan aspectos del mundo según la situación que ocupan dentro de la estructura social y también en virtud de sus idiosincrasias individuales, biográficamente arraigadas. El mundo social aparece “filtrado” para el individuo mediante esta doble selección. De esa manera el niño de clase baja no solo absorbe el mundo social en una perspectiva de clase baja, sino que lo absorbe con la coloración idiosincrásica que le han dado sus padres (o cualquier otro individuo encargado de su socialización primaria). El niño de clase baja no solo llegara a habitar en un mundo sumamente distinto del de un niño de clase alta, sino que talvez lo haga de una manera completamente distinta que su mismo vecino de clase baja.

Resulta innecesario agregar que la socialización primaria comporta algo más que un aprendizaje puramente cognoscitivo. Se efectúa en circunstancias de enorme carga emocional. Existe ciertamente buenos motivos para creer que, sin esa adhesión emocional a los otros significantes, el proceso de aprendizaje sería difícil, cuando no imposible. El niño se identifica con los otros significantes en una variedad de formas emocionales; pero sean estas cuales fueren, la internalización se produce solo cuando se produce la identificación. El niño acepta los “roles” y actitudes de los otros significantes, o sea que los internaliza y se apropia de ellos. Y por esta identificación con los otros significantes el niño se vuelve capaz de identificarse el mismo, de adquirir una identidad subjetivamente coherente y plausible.

Esta entraña una dialéctica entre la auto-identificación y la identificación que hacen los otros, entre la identidad objetivamente atribuida y la que es subjetivamente sumida. La dialéctica, que se presenta en todo momento en que el individuo se identifica con sus otros significantes.
Aunque los detalles de esta dialéctica tienen, por supuesto gran importancia para la psicología social, excederíamos nuestras actuales consideraciones si rastreamos sus implicaciones con respecto a la teoría socio-psicológica. Lo que más importa para nuestra argumentación presente es el hecho de que el individuo no solo acepta los “roles” y las actitudes de otros, sino que en el mismo proceso acepta el mundo de ellos. En realidad, la identidad se define objetivamente como ubicación en un mundo de terminado y puede asumírsele subjetivamente solo con ese mundo.

El niño aprende que él es lo que lo llaman. Cada nombre implica una nomenclatura, que a su vez una ubicación social determinada. Recibir una identidad comporta adjudicarnos un lugar específico en el mundo. Así como esta identidad es subjetivamente asumida por el niño (yo soy John Smith), también lo es en el mundo al que apunta esta identidad.

La socialización primaria crea en la conciencia del niño una abstracción progresiva que va de los “roles” y actitudes de otros específicos, a los “roles” y actitudes en general. Por ejemplo, en la internalización de normas existe una progresión que va desde “mama está enojada conmigo ahora” hasta “mama se enoja cada vez que derramo la sopa”. A medida que otros significantes adicionales (padre, abuela, hermana mayor, etc.) apoyan la actitud negativa de la madre con respecto a derramar la sopa, la generalidad de la norma se extiende subjetivamente.

Su formación dentro de la conciencia significa que ahora se identifica no solo con otros concretos, sino con una generalidad de otros, o sea, con una sociedad. Solamente en virtud de esta identificación generalizada logra estabilidad y continuidad su propia auto-identificación. Ahora no solo tiene una identidad vis-a-vis de este o aquel otro significante, sino también una identidad en general, que se aprehende subjetivamente en cuanto sigue siendo la misma, no importa que otros significantes o no se le presenten. Esta identidad con nueva coherencia incorpora dentro de si todos los diversos “roles” y actitudes internalizados, incluyendo, entre muchas otras cosas, la auto-identificación como no derramador de sopa.

La formación, dentro de la conciencia, del otro generalizado señala una fase decisiva en la socialización. Implica la internalización de la sociedad en cuanto tal y de la realidad objetiva en ella establecida, y al mismo tiempo, el establecimiento subjetivo de una identidad coherente y continua.
Esta cristalización se corresponde con la internalización del lenguaje. Por razones evidentes, según nuestro análisis previo del lenguaje, este constituye, por cierto, el contenido más importante y el instrumento más importante de la socialización.

Cuando el otro generalizado se ha cristalizado en la conciencia, se establece una relación simétrica entre la realidad objetiva y la subjetiva. Lo que es real por fuera se corresponde con lo que es real por dentro.  El lenguaje es, por supuesto, el vehículo principal de este proceso continuo de traducción en ambas direcciones. Hay que hacer notar, sin embargo, que las simetrías entre la realidad objetiva y la subjetiva no pueden ser total. Las dos realidades se corresponden mutuamente pero no son extensivas. Siempre hay más realidad objetiva disponible que la que se actualiza realmente en cualquier conciencia individual, sencillamente porque el contenido de la socialización está determinado por la distribución social del conocimiento.

El individuo se aprehende a sí mismo como estando fuera y dentro de la sociedad. Esto implica que la simetría que existe entre la realidad objetiva y la subjetiva nunca constituye un estado de cosas estático y definitivo: siempre tiene que producirse y reproducirse in actu.  En otras palabras, la relación entre el individuo y el mundo social objetivo es como un acto de equilibrio continuo.
En la socialización primaria no existe ningún problema de identificación, ninguna elección de otros significantes. La sociedad presenta al candidato a la socialización ante un grupo predefinido de otros significantes a los que debe aceptar en cuanto tales, sin posibilidades de optar por otro arreglo. Hic Rhodus, hic salta. Hay que aceptar a los padres que el destino nos ha deparado.  Por esta razón, el mundo internalizado en la socialización primaria se implanta en la conciencia con mucha más firmeza que los mundos internalizados en socializaciones secundarias. Por mucho que el sentido de inevitabilidad original pueda debilitarse en desencantos posteriores, el recuerdo de una certeza ya nunca repetida la certeza de los primeros albores de la realidad sigue adherido al mundo primero de la niñez. De esta manera, la socialización primaria logra que (retrospectivamente, por supuesto) puede considerarse como el más importante truco para inspirar con fianza que la sociedad le juega a individuo con el fin de dar apariencias de necesidad a lo que, de hecho, es un hato de contingencias y así volver al significativo el accidente de su nacimiento.

Los contenidos específicos que se internalizan en la socialización primaria varían, claro está, de una sociedad a otra. Es por, sobre todo, que el lenguaje lo que debe internalizarse. Con el lenguaje, y por su intermedio, diversos esquemas motivacionales e interpretativos se internalizan como definidos institucionalmente; por ejemplo, el querer actuar como muchachito valiente y el suponer que los muchachitos se dividen naturalmente en valientes y cobardes. Estos programas, tanto el inmediatamente aplicable como el anticipatorio, establecen la diferencia entre la identidad propia y la de otros: niñas, esclavos, o niños de otro clan. Por último, existe internalización de, por lo menos, los rudimentos del aparato legitimador: el niño aprende por que los programas son lo que son. Hay que ser valiente, porque hay que hacerse un hombre de verdad; hay que realizar los rituales, porque de otro modo los dioses se encolerizan; hay que ser leal al jefe, porque solo así los dioses nos ayudaran en momentos de peligro etc.

En la socialización primaria, pues, se construye el primer mundo del individuo. El mundo de la infancia, con su luminosa realidad, conduce, por tanto, a la confianza, no solo en las personas de los otros significantes, sino también en las definiciones de la situación. El mundo de la infancia es masivo e indudable mente real.

De cualquier forma, el mundo de la niñez está constituido como para inculcar en el individuo una estructura no mica que le infunda con fianza en que todo está muy bien, repitiendo la frase que posible mente las madres repiten con más frecuencia a sus hijos llorosos. El descubrimiento posterior de que algunas cosas distan de estar “muy bien” puede resultar más o menos chocante según las circunstancias biográficas, pero en cualquiera de los casos es probable que el mundo de la niñez retenga su realidad peculiar en la retrospección, y siga siendo “el mundo del hogar” por mucho que podamos alejarnos de el en épocas posteriores, hacia regiones que no tengan nada de familiar para nosotros.

La socialización primaria comporta secuencia de aprendizaje socialmente de finidas. A la edad A el niño debe aprender X, y a la edad B debe aprender y, y así sucesivamente. Así pues, en cualquier sociedad todo programa debe reconocer que no es posible pretender que el niño de un año aprenda lo que un niño de tres. Asimismo, la mayoría programas tienen probablemente que definir las cuestiones en forma diferente, según se trate de niños o niñas. Ese reconocimiento mínimo, por supuesto a la sociedad los hechos biológicos. No obstante, existe más allá de esto una gran variabilidad histórico-social en la definición de las etapas del aprendizaje. Lo que todavía se define como niñez en una sociedad puede muy bien definirse como edad adulta en otra, y las implicaciones sociales de la niñez pueden variar mucho de una sociedad a otra.


El carácter de la socialización primaria también resulta afectado por las exigencias del acopio de conocimiento que debe trasmitirse. En ciertas legitimaciones pueden requerir un grado más alto de complejidad lingüística que otras para ser comprendidas. Por ejemplo, que un niño necesitaría menos palabras para comprender que no debe masturbarse, porque eso causa enojo a su ángel guardián, que para comprender el argumento de que la masturbación interferiría su ajuste sexual posterior.
La socialización primaria finaliza cuando el concepto del otro generalizado (y todo lo que esto comporta) se ha establecido en la conciencia del individuo. A esta ya es miembro efectivo de la sociedad y está en posesión subjetiva de un yo y un mundo. Pero esta internalización de la sociedad, la identidad y la realidad no se resuelven, así como así. La socialización nunca es total, y nunca termina.


el dolor de cabeza de la familia

el dolor de cabeza de la familia

La familia no depende solo de un miembro de esta, sino que están conectados entre sí, que resulta en partes interdependientes, es decir, que hay miembros pero todos están unidos en un concepto de totalidad donde se manejan pautas de funcionamiento que hace que la acción en ellos sea circular. La conducta de un miembro de la familia afecta el comportamiento de los miembros alterando su funcionamiento homeostático. En la familia se hallan unos sistemas de jerarquía, espacio privado para los miembros individuales y límites alrededor del subgrupo, cuando en el sistema familiar no se encuentran estos sistemas deja de funcionar como un todo. Dentro del sistema familiar se encuentran dos tipos de familias importantes: familia aglutinada y familia rígida. En la familia aglutinada no se evidencia la estructura de jerarquía donde los padres no pueden dar las decisiones y les dan la responsabilidad a los hijos. En la familia rígida los padres si toman las decisiones por los hijos y los hijos se encuentran a distancia manteniendo los límites alrededor del subgrupo.

Todo síntoma tiene una función dentro del sistema familiar. Esto se ve claramente evidenciado en el siguiente ejemplo: Pepito tiene 6 años de edad, sus padres y él se han cambiado de vivienda y Pepito debe asistir a otra nueva escuela. En su primer día de clases Pepito se levanta quejándose y dice que no quiere ir a la escuela porque le duele la cabeza, su madre va a revisar como esta y se da cuenta que su hijo tiene fiebre entonces decide no enviarlo a estudiar debido al síntoma que Pepito manifiesta por no querer ir a estudiar. De acuerdo al ejemplo anterior el síntoma es el dolor de cabeza y la fiebre y su función es evitar no ir a la escuela.


La intervención sistémica funciona promoviendo la estabilidad y el cambio. Cuando llega la familia a consulta, el terapeuta construye un sistema con ellos y ayuda a reconocer este sistema y su funcionamiento.