FORMACION
DEL SITEMA TERAPUTICO
Los métodos del terapeuta para la
creación de un sistema terapéutico y situarse a sí mismo como líder se designan
como operaciones de asociación. Estas son las bases de la terapia.
UNION
Y ACOMODAMIENTO
Unión y acomodamiento son dos términos
que describen el mismo proceso. El primero se utiliza se pone el acento en las
acciones del terapeuta tendientes directamente a relacionarse con los miembros
de la familia o con el sistema familiar. El acomodamiento se utiliza se utiliza
cuando se pone el acento sobre las adaptaciones del terapeuta tendientes a
logara la alianza. Para aliarse a un sistema familiar, el terapeuta debe
aceptar la organización y estilo de la familia y fundirse con ellos. Debe
experimentar las pautas transaccionales de la familia y la fuerza de esas
pautas.
El terapeuta reconoce el predominio de
determinados temas familiares y participa justamente con los miembros de la
familia en su exploración. Debe seguir su camino de la comunicación,
descubriendo cuales son los que están abiertos, cuales son los que están
parcialmente cerrados y cuales enteramente bloqueados.
Los choques de la familia en relación
con el terapeuta constituyen los factores que le permite conocer a la familia.
Este proceso no puede ser unilateral: del mismo modo que el terapeuta se
acomoda para unirse a la familia, la familia también debe acomodarse para
unirse a él.
Muchos terapeutas de familia prefieren
no analizar las técnicas de acomodación porque consideran que son espontaneas y
que con frecuencia permanecen fuera del campo del conocimiento del terapeuta.
En lo que concierne a una mayor
profundización de los procesos de acomodación, la antropología puede ser de
gran ayuda. El antropólogo se une a la cultura que estudia para entender
subjetivamente su estructura.
Al igual que el antropólogo, el
terapeuta de familia se une a la cultura cuyo estudio en cara. En el mismo
ritmo oscilante, se liga y desliga de ella. Experimenta las precisiones del
sistema familiar, al mismo tiempo, observa el sistema realizando deducciones
que le permiten trasformar su experiencia en un mapa familiar en el que se
basan sus objetivos terapéuticos, la comprensión y conocimiento de una familia.
Todo aquel que emprende una terapia
familiar se ve constantemente impresionado por la enorme dificultad que existe
para trasformar un sistema familiar. La familia se modifica solamente si el
terapeuta ha lo grado incorporarse al sistema de un modo sintónico a este. Debe
acomodarse a la familia e intervenir de un modo que la familia pueda aceptar. A
diferencia del antropólogo, el terapeuta intenta modificar la cultura a la que
se une y dispone de las cualidades requeridas para lógralo. Pero sus metas, sus
tácticas y estrategias dependen todas del proceso de unión.
En el desarrollo de la terapia, las
intervenciones fundamentales del terapeuta intentan desplazar al sistema
terapéutico en la dirección de las metas terapéuticas. Pero el terapeuta
también debe responder a los elementos inmediatos de cada sesión.
En efecto, la terapia es calibrada en
dos escalas temporales diferentes. El progreso de la familia hacia las metas
terapéuticas se evalúa como los movimientos a lo largo de periodos de tiempo
prolongados. La unión y el enfrentamiento de los problemas inmediatos se evalúa
como intercambios específicos que se producen en una sesión particular. Es
posible que las técnicas de unión no siempre dirijan a la familia en dirección
de los objetivos terapéuticos, pero son exitosos en la medida en que garanticen
el retorno de la familia a la sesión siguiente.
MANTENIMIENTO
El mantenimiento se relaciona con la
técnica de acomodación de proporcionar un apoyo programado a la estructura
familiar, tal como el terapeuta la percibe y analiza. El sistema puede ser
mantenido en todos los niveles, desde la estructura familiar como un todo hasta
las características de los miembros individuales.
Las operaciones de mantenimiento
requieren a menudo la confirmación activa y el apoyo de los subsistemas
familiares. Un terapeuta reconoce la posición ejecutiva de los padres en una
familia cuando les dirige las primeras preguntas, cuando respecta la necesidad
de la familia de ser contactada a través de aquel de finido como conmutador
central, o cuando acepta temporariamente el etiquetamiento del paciente
identificado.
El terapeuta apoya a los subsistemas
familiares cuando alienta a los conyugues a apoyarse mutuamente al encarar el
subsistema adolescente. También puede apoyar un subgrupo adolescente en un
subsistema fraterno amplio, recomendando a los hijos menores que no concurran a
determinadas sesiones o proporcionándoles juguetes apacibles para que jueguen
con ellos mientras habla con los demás.
En los entrelazamientos de la terapia,
las operaciones de mantenimiento pueden desempeñar una función de reestructuración.
Cuando el terapeuta apoya a un subsistema, otras partes de la familia pueden
verse obligadas a reestructurase o acomodarse a este apoyo. Si el terapeuta
apoya al conyugue más débil, ello constituye un periodo de reestructuración
dirigido al más fuerte. Si se apoya al subsistema parental.
RASTREO
El rastreo constituye otra técnica de
acomodación. El terapeuta sigue el contenido de las comunicaciones y de la
conducta de la familia y los alienta para que continúen. El rastreo significa
el planteamiento de preguntas que clarifiquen lo que está en juego, la
realización de comentarios aprobadores o el estímulo para la amplificación de
un punto. El terapeuta no cuestiona lo que se dice. Se ubica a sí mismo como
una parte interesada.
El rastreo fortalece a los miembros de
la familia al estimular la formación. El terapeuta no inicia una acción: el
conduce siguiendo. Convalida a la familia tal como es, estimulando y aceptando
sus comunicaciones.
MIMETISMO
El mimetismo es una operación humana
universal. Una madre que alimenta a su bebe con una cuchara comienza por abrir
su propia boca mientras intenta que él bebe abra la suya. El amplio efecto del
mimetismo se demuestra por la tendencia de los niños adoptados a parecerse a
sus padres adoptivos.
Un terapeuta puede utilizar el
mimetismo para acomodarse a un estilo familiar y a sus modalidades afectivas.
Así, adopta el ritmo familiar de comunicación, disminuyendo su ritmo, por
ejemplo, una familia habituada a pautas prolongadas y lentas respuestas. En una
familia muy jovial, asume una actitud jovial y expansiva. En una familia con un
estilo coartado, sus comunicaciones se hacen escasas.
DIAGNOSTICO
El diagnóstico es la hipótesis de
trabajo que el terapeuta desarrolla a partir de sus experiencias y observaciones
relacionadas con su proceso de unión con la familia.
Un diagnostico familiar, por su parte,
requiere la acomodación del terapeuta a la familia para formar un sistema
terapéutico seguido por su evaluación de sus experiencias de la interacción de
la familia en el presente.
El enfoque de la familia en relación
con su problema se orienta por lo general hacia el individuo y hacia el pasado.
La familia llega a terapia debido al sufrimiento o anomalía de un miembro, el
paciente identificado. El objetivo de sus miembros consiste en que el terapeuta
cambie al paciente identificado. Pretenden que el terapeuta cambie la situación
sin modificar sus pautas transaccionales habituales. en efecto, la familia
requiere un retorno a la situación tal como era antes de que los síntomas del
paciente identificado llegasen a ser imposible de manejar.
Al evaluar las transacciones de la
familia, el terapeuta se concentra en seis áreas fundamentales: en primer
lugar, considera la estructura de la familia, sus pautas transaccionales preferibles
y las alternativas disponibles. En segundo lugar, evalúa la flexibilidad del
sistema y su capacidad de elabora ración, tal como lo revela la modificación de
las alianzas y coaliciones del sistema y de los subsistemas en respuestas a las
circunstancias cambiantes.
En tercer lugar, el terapeuta examina
la resonancia del sistema familiar, su sensibilidad ante las acciones
individuales de los miembros.
En cuarto lugar, el terapeuta examina
el contexto de la vida de la familia, analizando las fuentes de apoyo y de
stress en la ecología de la familia. En quinto lugar, examina el estadio de
desarrollo de la familia y su rendimiento en las tareas apropiadas a este
estadio. Y, en seto lugar, explora la forma en que los síntomas del paciente
identificado son utilizados para el mantenimiento de las pautas preferidas por
la familia.
El contenido de las comunicaciones de
una familia a un terapeuta, en particular en un comienzo, está por lo general
cuidadosamente organizado y, a menudo, ha asumido un carácter rígido debido a
las frecuentes repeticiones. Se trata de una versión oficial de los
acontecimientos, que proporciona una información mínima al terapeuta.
EL
CONTRATO TERAPEUTICO
Un elemento esencial de la formación
de un sistema terapéutico está constituido por el acuerdo en relación con un
contracto terapéutico. El terapeuta de familia desarrolla el foco del problema
para incluir las interacciones familiares, y en la mayor parte de los casos
algunos aspectos de las interacciones familiares se convertirán en objetivos de
la terapia.
Es posible que las características de
este contracto no estén definidas con claridad, pero, de todas maneras, debe
estar presente. En un primer momento y de ser necesario, puede ser muy
limitado, pero se desarrolla y cambiara con el tiempo.
El contracto terapéutico también
explicita la logística de la terapia. El tratamiento puede realizarse en el
consultorio, en la casa, en la escuela, puede desplazarse de un lugar a otro.
El terapeuta puede restringirse a los
problemas intrafamiliares o puede ayudar a la familia en sus dificultades con
otras instancias. El contracto terapéutico especifica la frecuencia de las
sesiones, y durante cuánto tiempo se extenderán. Todos estos términos pueden
modificarse a medida que la terapia evoluciona, pero desde el comienzo debe
alcanzar un cierto grado de comprensión.
UNION
CON LOS SUBSISTEMAS
Un subsistema constituye una
intervención re estructurante, debido a que otros miembros de la familia deben
reagruparse para absorber el impacto de la alianza del poderoso terapeuta con
otro subsistema. Sin embargo, la técnica depende también de la habilidad del
terapeuta en lo que concierne al acomodamiento y a la seguridad de los miembros
de la familia.
Cuando el terapeuta trabaja con una
familia, se asocia a los diferentes subsistemas en diferentes formas,
acomodándose a las pautas de intercambio internas de cada uno, a su estilo,
afecto y lenguaje.
Un terapeuta de familia debe ser capaz
de acomodarse al lenguaje del niño. En la sesión con la familia Dodds, la
operación de unión del terapeuta se produce cuando intenta establecer contacto
con el bebe de diez meses. A tal efecto, se sienta en el piso y le hace
cosquillas. El humor de la familia cambia y la madre acusadora del paciente
identificado se convierte en la madre orgullosa del feliz y activo niño. Existe
un neto incremento del sentido de aceptación y de apoyo entre los miembros de
la familia.
La inclusión y la exclusión de los
miembros de la familia en la unidad terapéutica en curso constituyen una
estrategia sumamente útil para explorar la forma en que funciona los
subsistemas en contextos cambiantes.
Un niño que es protegido por su madre
puede convertirse en chivo emisario en el subsistema fraterno. En familias con
muchos hijos el subsistema fraterno se subdivide aún más, el encuentro con los
padres y con los diferentes subgrupos fraternos presenta panoramas sumamente
diferentes de las pautas transaccionales de la familia.
El terapeuta puede actuar como
delineador de limites dentro de la familia, asociándose a un subsistema de la
familia y excluyendo a otros en el trascurso de las sesiones realizadas con la
familia en su totalidad. Por ejemplo, puede crear circuitos geográficos que
facilitan la comunicación solo entre los miembros de la familia. Todas estas
intervenciones en subsistemas son útiles también como exploraciones dentro del
marco del proceso de diagnóstico.
UNION
Y REESTRUCTURACION
La separación entre unión y
reestructuración constituye una distinción artificial, que no caracteriza el
despliegue natural de la terapia. La unidad terapéutica se encuentra en
continuo movimiento, y el proceso t de unión, exploración, observación,
elaboración de un contracto terapéutico y producción del cambio se, produce
constantemente en una secuencia en caleidoscopio.
El entrelazo que existe entre el
acomodamiento y la reestructuración es interesante y complejo. Incluso, es
posible clasificar a los terapeutas de familia de acuerdo con su utilización
contenga de las operaciones de acomodación y reestructuración.
En el grupo trasferencial, no se
considera que el terapeuta se una a la familia. Los procesos de acomodación son
considerados como una parte incidental de la terapia, se considera que el
proceso de reestructuración de la familia. Se produce como resultado de las
interpretaciones del terapeuta su acción sobre la familia a partir de una
posición desligada. El terapeuta se encuentra en una posición exterior, mirando
hacia adentro.
En el grupo existencial, se
considera que el terapeuta y la familia se acomodan mutuamente. Se piensa que
el cambio en la familia se produce como resultado de esta acomodación mutua, y
por lo tanto se espera que el amplio desarrollo será genérico y no especifico.
Se descalifica a las operaciones y estrategias de reestructuración como
manipuladoras e inhibidoras del desarrollo.
En el enfoque estructurar, se considera
que ambos tipos de operación son esenciales para la terapia. Los procesos de
acomodación son operaciones específicas, mediante las cuales el terapeuta logra
un conocimiento subjetivo de las modalidades de intercambio de la familia y se
ubica a sí mismo como el líder del sistema terapéutico.
Sin embargo, todas estas escuelas
representan en mayor medida una postura teórica que una conducta real del
terapeuta. Esa conducta puede diferir en gran medida de la posición teórica
manifiesta del terapeuta.
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