domingo, 23 de octubre de 2016

FORMACION DEL SISTEMA TERAPEUTICO

FORMACION DEL SITEMA TERAPUTICO

Los métodos del terapeuta para la creación de un sistema terapéutico y situarse a sí mismo como líder se designan como operaciones de asociación. Estas son las bases de la terapia.

UNION Y ACOMODAMIENTO

Unión y acomodamiento son dos términos que describen el mismo proceso. El primero se utiliza se pone el acento en las acciones del terapeuta tendientes directamente a relacionarse con los miembros de la familia o con el sistema familiar. El acomodamiento se utiliza se utiliza cuando se pone el acento sobre las adaptaciones del terapeuta tendientes a logara la alianza. Para aliarse a un sistema familiar, el terapeuta debe aceptar la organización y estilo de la familia y fundirse con ellos. Debe experimentar las pautas transaccionales de la familia y la fuerza de esas pautas.

El terapeuta reconoce el predominio de determinados temas familiares y participa justamente con los miembros de la familia en su exploración. Debe seguir su camino de la comunicación, descubriendo cuales son los que están abiertos, cuales son los que están parcialmente cerrados y cuales enteramente bloqueados.

Los choques de la familia en relación con el terapeuta constituyen los factores que le permite conocer a la familia. Este proceso no puede ser unilateral: del mismo modo que el terapeuta se acomoda para unirse a la familia, la familia también debe acomodarse para unirse a él.
Muchos terapeutas de familia prefieren no analizar las técnicas de acomodación porque consideran que son espontaneas y que con frecuencia permanecen fuera del campo del conocimiento del terapeuta.

En lo que concierne a una mayor profundización de los procesos de acomodación, la antropología puede ser de gran ayuda. El antropólogo se une a la cultura que estudia para entender subjetivamente su estructura.

Al igual que el antropólogo, el terapeuta de familia se une a la cultura cuyo estudio en cara. En el mismo ritmo oscilante, se liga y desliga de ella. Experimenta las precisiones del sistema familiar, al mismo tiempo, observa el sistema realizando deducciones que le permiten trasformar su experiencia en un mapa familiar en el que se basan sus objetivos terapéuticos, la comprensión y conocimiento de una familia.

Todo aquel que emprende una terapia familiar se ve constantemente impresionado por la enorme dificultad que existe para trasformar un sistema familiar. La familia se modifica solamente si el terapeuta ha lo grado incorporarse al sistema de un modo sintónico a este. Debe acomodarse a la familia e intervenir de un modo que la familia pueda aceptar. A diferencia del antropólogo, el terapeuta intenta modificar la cultura a la que se une y dispone de las cualidades requeridas para lógralo. Pero sus metas, sus tácticas y estrategias dependen todas del proceso de unión.

En el desarrollo de la terapia, las intervenciones fundamentales del terapeuta intentan desplazar al sistema terapéutico en la dirección de las metas terapéuticas. Pero el terapeuta también debe responder a los elementos inmediatos de cada sesión.

En efecto, la terapia es calibrada en dos escalas temporales diferentes. El progreso de la familia hacia las metas terapéuticas se evalúa como los movimientos a lo largo de periodos de tiempo prolongados. La unión y el enfrentamiento de los problemas inmediatos se evalúa como intercambios específicos que se producen en una sesión particular. Es posible que las técnicas de unión no siempre dirijan a la familia en dirección de los objetivos terapéuticos, pero son exitosos en la medida en que garanticen el retorno de la familia a la sesión siguiente.

MANTENIMIENTO

El mantenimiento se relaciona con la técnica de acomodación de proporcionar un apoyo programado a la estructura familiar, tal como el terapeuta la percibe y analiza. El sistema puede ser mantenido en todos los niveles, desde la estructura familiar como un todo hasta las características de los miembros individuales.

Las operaciones de mantenimiento requieren a menudo la confirmación activa y el apoyo de los subsistemas familiares. Un terapeuta reconoce la posición ejecutiva de los padres en una familia cuando les dirige las primeras preguntas, cuando respecta la necesidad de la familia de ser contactada a través de aquel de finido como conmutador central, o cuando acepta temporariamente el etiquetamiento del paciente identificado.

El terapeuta apoya a los subsistemas familiares cuando alienta a los conyugues a apoyarse mutuamente al encarar el subsistema adolescente. También puede apoyar un subgrupo adolescente en un subsistema fraterno amplio, recomendando a los hijos menores que no concurran a determinadas sesiones o proporcionándoles juguetes apacibles para que jueguen con ellos mientras habla con los demás.

En los entrelazamientos de la terapia, las operaciones de mantenimiento pueden desempeñar una función de reestructuración. Cuando el terapeuta apoya a un subsistema, otras partes de la familia pueden verse obligadas a reestructurase o acomodarse a este apoyo. Si el terapeuta apoya al conyugue más débil, ello constituye un periodo de reestructuración dirigido al más fuerte. Si se apoya al subsistema parental.

RASTREO

El rastreo constituye otra técnica de acomodación. El terapeuta sigue el contenido de las comunicaciones y de la conducta de la familia y los alienta para que continúen. El rastreo significa el planteamiento de preguntas que clarifiquen lo que está en juego, la realización de comentarios aprobadores o el estímulo para la amplificación de un punto. El terapeuta no cuestiona lo que se dice. Se ubica a sí mismo como una parte interesada.

El rastreo fortalece a los miembros de la familia al estimular la formación. El terapeuta no inicia una acción: el conduce siguiendo. Convalida a la familia tal como es, estimulando y aceptando sus comunicaciones.

MIMETISMO

El mimetismo es una operación humana universal. Una madre que alimenta a su bebe con una cuchara comienza por abrir su propia boca mientras intenta que él bebe abra la suya. El amplio efecto del mimetismo se demuestra por la tendencia de los niños adoptados a parecerse a sus padres adoptivos.

Un terapeuta puede utilizar el mimetismo para acomodarse a un estilo familiar y a sus modalidades afectivas. Así, adopta el ritmo familiar de comunicación, disminuyendo su ritmo, por ejemplo, una familia habituada a pautas prolongadas y lentas respuestas. En una familia muy jovial, asume una actitud jovial y expansiva. En una familia con un estilo coartado, sus comunicaciones se hacen escasas.

DIAGNOSTICO

El diagnóstico es la hipótesis de trabajo que el terapeuta desarrolla a partir de sus experiencias y observaciones relacionadas con su proceso de unión con la familia.
Un diagnostico familiar, por su parte, requiere la acomodación del terapeuta a la familia para formar un sistema terapéutico seguido por su evaluación de sus experiencias de la interacción de la familia en el presente.

El enfoque de la familia en relación con su problema se orienta por lo general hacia el individuo y hacia el pasado. La familia llega a terapia debido al sufrimiento o anomalía de un miembro, el paciente identificado. El objetivo de sus miembros consiste en que el terapeuta cambie al paciente identificado. Pretenden que el terapeuta cambie la situación sin modificar sus pautas transaccionales habituales. en efecto, la familia requiere un retorno a la situación tal como era antes de que los síntomas del paciente identificado llegasen a ser imposible de manejar.

Al evaluar las transacciones de la familia, el terapeuta se concentra en seis áreas fundamentales: en primer lugar, considera la estructura de la familia, sus pautas transaccionales preferibles y las alternativas disponibles. En segundo lugar, evalúa la flexibilidad del sistema y su capacidad de elabora ración, tal como lo revela la modificación de las alianzas y coaliciones del sistema y de los subsistemas en respuestas a las circunstancias cambiantes.

En tercer lugar, el terapeuta examina la resonancia del sistema familiar, su sensibilidad ante las acciones individuales de los miembros.

En cuarto lugar, el terapeuta examina el contexto de la vida de la familia, analizando las fuentes de apoyo y de stress en la ecología de la familia. En quinto lugar, examina el estadio de desarrollo de la familia y su rendimiento en las tareas apropiadas a este estadio. Y, en seto lugar, explora la forma en que los síntomas del paciente identificado son utilizados para el mantenimiento de las pautas preferidas por la familia.

El contenido de las comunicaciones de una familia a un terapeuta, en particular en un comienzo, está por lo general cuidadosamente organizado y, a menudo, ha asumido un carácter rígido debido a las frecuentes repeticiones. Se trata de una versión oficial de los acontecimientos, que proporciona una información mínima al terapeuta.  

EL CONTRATO TERAPEUTICO
Un elemento esencial de la formación de un sistema terapéutico está constituido por el acuerdo en relación con un contracto terapéutico. El terapeuta de familia desarrolla el foco del problema para incluir las interacciones familiares, y en la mayor parte de los casos algunos aspectos de las interacciones familiares se convertirán en objetivos de la terapia.

Es posible que las características de este contracto no estén definidas con claridad, pero, de todas maneras, debe estar presente. En un primer momento y de ser necesario, puede ser muy limitado, pero se desarrolla y cambiara con el tiempo.

El contracto terapéutico también explicita la logística de la terapia. El tratamiento puede realizarse en el consultorio, en la casa, en la escuela, puede desplazarse de un lugar a otro.
El terapeuta puede restringirse a los problemas intrafamiliares o puede ayudar a la familia en sus dificultades con otras instancias. El contracto terapéutico especifica la frecuencia de las sesiones, y durante cuánto tiempo se extenderán. Todos estos términos pueden modificarse a medida que la terapia evoluciona, pero desde el comienzo debe alcanzar un cierto grado de comprensión.

UNION CON LOS SUBSISTEMAS

Un subsistema constituye una intervención re estructurante, debido a que otros miembros de la familia deben reagruparse para absorber el impacto de la alianza del poderoso terapeuta con otro subsistema. Sin embargo, la técnica depende también de la habilidad del terapeuta en lo que concierne al acomodamiento y a la seguridad de los miembros de la familia.

Cuando el terapeuta trabaja con una familia, se asocia a los diferentes subsistemas en diferentes formas, acomodándose a las pautas de intercambio internas de cada uno, a su estilo, afecto y lenguaje.

Un terapeuta de familia debe ser capaz de acomodarse al lenguaje del niño. En la sesión con la familia Dodds, la operación de unión del terapeuta se produce cuando intenta establecer contacto con el bebe de diez meses. A tal efecto, se sienta en el piso y le hace cosquillas. El humor de la familia cambia y la madre acusadora del paciente identificado se convierte en la madre orgullosa del feliz y activo niño. Existe un neto incremento del sentido de aceptación y de apoyo entre los miembros de la familia.

La inclusión y la exclusión de los miembros de la familia en la unidad terapéutica en curso constituyen una estrategia sumamente útil para explorar la forma en que funciona los subsistemas en contextos cambiantes.

Un niño que es protegido por su madre puede convertirse en chivo emisario en el subsistema fraterno. En familias con muchos hijos el subsistema fraterno se subdivide aún más, el encuentro con los padres y con los diferentes subgrupos fraternos presenta panoramas sumamente diferentes de las pautas transaccionales de la familia.

El terapeuta puede actuar como delineador de limites dentro de la familia, asociándose a un subsistema de la familia y excluyendo a otros en el trascurso de las sesiones realizadas con la familia en su totalidad. Por ejemplo, puede crear circuitos geográficos que facilitan la comunicación solo entre los miembros de la familia. Todas estas intervenciones en subsistemas son útiles también como exploraciones dentro del marco del proceso de diagnóstico.


UNION Y REESTRUCTURACION

La separación entre unión y reestructuración constituye una distinción artificial, que no caracteriza el despliegue natural de la terapia. La unidad terapéutica se encuentra en continuo movimiento, y el proceso t de unión, exploración, observación, elaboración de un contracto terapéutico y producción del cambio se, produce constantemente en una secuencia en caleidoscopio.

El entrelazo que existe entre el acomodamiento y la reestructuración es interesante y complejo. Incluso, es posible clasificar a los terapeutas de familia de acuerdo con su utilización contenga de las operaciones de acomodación y reestructuración.

En el grupo trasferencial, no se considera que el terapeuta se una a la familia. Los procesos de acomodación son considerados como una parte incidental de la terapia, se considera que el proceso de reestructuración de la familia. Se produce como resultado de las interpretaciones del terapeuta su acción sobre la familia a partir de una posición desligada. El terapeuta se encuentra en una posición exterior, mirando hacia adentro.

En el grupo existencial, se considera que el terapeuta y la familia se acomodan mutuamente. Se piensa que el cambio en la familia se produce como resultado de esta acomodación mutua, y por lo tanto se espera que el amplio desarrollo será genérico y no especifico. Se descalifica a las operaciones y estrategias de reestructuración como manipuladoras e inhibidoras del desarrollo.

En el enfoque estructurar, se considera que ambos tipos de operación son esenciales para la terapia. Los procesos de acomodación son operaciones específicas, mediante las cuales el terapeuta logra un conocimiento subjetivo de las modalidades de intercambio de la familia y se ubica a sí mismo como el líder del sistema terapéutico.
Sin embargo, todas estas escuelas representan en mayor medida una postura teórica que una conducta real del terapeuta. Esa conducta puede diferir en gran medida de la posición teórica manifiesta del terapeuta.


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